La instalación de Ainhoa Andrés en El EACEC limpió por unas horas ese recipiente de basuras. El blanco más puro cubrió la impureza, dejando que de ella floreciera algo nuevo y vivo, una rama de higuera. El contenedor-recipiente se convierte en el contenedor-Tierra, en el que desaparece la maldad y el bien brota de nuevo entre sus restos, entre lo aprendido.
Las sábanas, personales en tanto que bordadas y llenas de recuerdos de cuerpos entrelazados entre sus pliegues, invitaban una vez más a los durmientes, porque todo lugar puede convertirse en un hogar, y todo espacio cubierto con una sábana puede convertirse en cama e incitar al sueño.
Así, Ainhoa domesticó algo hostil y lo transformó en habitable. Limpió un espacio degradado con olor a sábanas limpias, y nos incitó a dormir y a soñar, y a encontrar esperanza en las cosas nuevas, en aquello que brota y crece hasta el cielo. Al fin y al cabo, el sueño es una espera que nos sosiega y tranquiliza.
No hay lugar que inspire tanta paz, estando lleno a la vez de tanta actividad física y mental, como una cama. Y no hay renacer más verdadero que despertar cada mañana.
Para conocer la obra de Ainhoa Andrés más en profundidad podéis ojear y leer su blog. La frase de bienvenida "Atesorando un continuo renacer" enlaza perfectamente con estas ideas que Ainhoa ya nos ha mostrado en El Contenedor:
http://confianzaalada.blogspot.com/
Las sábanas, personales en tanto que bordadas y llenas de recuerdos de cuerpos entrelazados entre sus pliegues, invitaban una vez más a los durmientes, porque todo lugar puede convertirse en un hogar, y todo espacio cubierto con una sábana puede convertirse en cama e incitar al sueño.
Así, Ainhoa domesticó algo hostil y lo transformó en habitable. Limpió un espacio degradado con olor a sábanas limpias, y nos incitó a dormir y a soñar, y a encontrar esperanza en las cosas nuevas, en aquello que brota y crece hasta el cielo. Al fin y al cabo, el sueño es una espera que nos sosiega y tranquiliza.
No hay lugar que inspire tanta paz, estando lleno a la vez de tanta actividad física y mental, como una cama. Y no hay renacer más verdadero que despertar cada mañana.
Para conocer la obra de Ainhoa Andrés más en profundidad podéis ojear y leer su blog. La frase de bienvenida "Atesorando un continuo renacer" enlaza perfectamente con estas ideas que Ainhoa ya nos ha mostrado en El Contenedor:
http://confianzaalada.blogspot.com/
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